Apuntarme a sevillanas, traje de lunares puesto, aunque mi marío, ese soso revenío, no las sepa ni bailá.
Comer pissa to' los viernes, en vez de pescailla a la plancha, que estoy jartita, mi arma, y hay que variar er menú.
Llevar bragas cuello vuelto, como disen mis amigas -odio los tangas, quilla, er culo partío en dos-, aunque las vesinas se rían al verlas tendías al fresco.
Fingir que fumo un sigarro, pa' haserme la interesante, cuando espero el autobús a las sinco en la parada.
Guiñarle estos mis ojillos, a ese conductor moreno, que por sierto, está mu güeno, cuando me suelta su "¡Guapaaaaa!" y me desmayo sin más.
Comprarme unos sapatos rojos, tacón alto, niña shica, aunque no me peguen con na'.
Y aprender a caminar con ellos, osú, que pa' eso está la Carmen -¡menudo tipaso tiene!-, pa' enseñarme a desfilá.
Y desirle a mi marío, ese que sólo ve er fútbol, Betis por aquí y por allá: Fabricio, Castro, Paulao, Cañas y hasta Doraó, que me quiero separar.
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