Observé un huevo blanco
que lucía como una perla
apoyado en una copa
Al romper su frágil cáscara
vi deslizarse su clara viscosa
encima de su coraza
Debajo de su clara trasparente
contemplé la yema dorada
que relucía como un sol
El ambiente era relajado
luminoso y silencioso
de una hermosa cocina
Me sentía contemplativa
absorta y pensativa
e inspirada por el huevo
Señorita, de visita por su blog me he quedado leyendo y releyendo este poema que encierra más significado del aparente. Buen contraste del huevo que esconde un mundo en una cocina limpia e impoluta. Un abrazo, poeta!
ResponderEliminarQuerida Marina, me encanta que vengas hasta estos fogones de la palabra es un mundo. Este blog es de mi pequeñas criaturas que escriben la mar de bien.
ResponderEliminarEste poema lo ha escrito mi alumna Paloma Pérez. Tuvimos lío para que publicara sus poemas y lo hice desde mi cuenta. Olvidamos poner como etiqueta su nombre, que ya la he puesto.
Como bien dices, este poema se presta a segundas lecturas. Le quedó redondo. Muchas veces, me quedo sorprendida de los resultados que se obtienen a partir de los ejercicios de clase.
Ya aviso a Paloma, para que lea tu comentarios.
un gran abrazo, linda.
Vera